dimarts, 9 d’abril del 2013

Reflexiones sobre la demografía


Por María Luisa Giménez

¿Hasta qué punto conviene a los gobiernos una ciencia como la demografía, si puede servir para enmarcar los procesos de cambio social y profundizar en sus bondades y vilezas? La ciencia demográfica fue muy promocionada, en su día, y todavía lo es cuando se trata de conocer las dimensiones cuantitativas de las sociedades -especialmente de las economías- para verificar a golpe de estadística que nos dirigimos hacia el crecimiento, aunque ello pueda ser sólo un efecto psicológico ante tantos números. No obstante puede volverse molesta si se utiliza en la comprensión de fenómenos sociales, y si a través del análisis e interpretación de datos se llega a generar teorías críticas para los poderes políticos y económicos. 

Todo es medido y calculado pormenorizadamente, datos de población, economía y sociedad; número de habitantes, su lugar de residencia y movimientos, los nacimientos, defunciones y causas, matrimonios, migraciones.. interrelacionado con toda suerte de variables. Podemos conocer con precisión matemática datos en materia de educación, salud, condiciones de vida, mercado laboral, finanzas, censo y resultados electorales.. cuantas más cantidades mejor. 

Pero del mismo modo podemos conocer la tasa de paro, la tasa de riesgo de pobreza, de riesgo de exclusión social. Así sabemos que cerca de dos millones de hogares están con todos sus miembros en paro, 500000 viviendas tienen cero ingresos, al día se suceden 300 desahucios, un 40% de personas mayores están ayudando a sus hijos etc.  

La sensibilidad de los datos demográficos y las conclusiones que pueden alcanzarse con ellos origina el camuflaje y el intento de ocultación de los mismos. Han existido claros ejemplos de gobiernos no democráticos que los han manipulado a su conveniencia. Un típico ejemplo es la publicación de suicidios. Incluso en España, donde evidentemente sí se publican estos datos, se ha generado una gran controversia cuando se atribuye a la crisis económica y más concretamente a los desahucios, la causa de algunos de los suicidios de los últimos años; una cuestión polémica y en todo caso digna de análisis y debate ante la incertidumbre de la relación entre una cosa y otra, dado que el INE no recoge este parámetro proliferan las noticias y emergen las "bases de datos" paralelas, sería un síntoma de salud democrática que estas listas se confeccionaran desde las instituciones públicas y se instaran estudios que intentaran determinar las relaciones causa-efecto.

Y es que siempre se puede lograr una radiografía de la sociedad a partir de la interpretación de la trayectoria de las cifras: personas que pierden su empleo, pierden su capacidad de consumo, las actividades culturales y de ocio desaparecen de sus vidas, menguan sus ingresos por debajo del nivel suficiente para satisfacer necesidades básicas, pierden su vivienda por impago, no pueden asumir la parte a pagar del material y libros de un hijo ya abocado al fracaso escolar, pasan a convertirse en carga sobre un padre jubilado cuya pensión se ha de dividir entre los gastos propios, los de varios hijos y los de medicación y tratamientos, acabando finalmente en la precarización casi irreversible y simultánea de tres generaciones. 

Entonces quizás resulta conveniente el divorcio entre el análisis y la teoría.

1 comentari:

  1. Considero este tema muy interesante.
    Lógicamente la demografía como ciencia tiene la posibilidad de hacer públicos y transparentes estos datos.
    Pero claramente son los suicidios; un tema tan polémico como representativo de las diferencias, desigualdades o carencias de una sociedad el que si fuera conocido por la gran mayoría de la población generaría en mi opinión un clima de inestabilidad dentro de nuestra sociedad.

    Así pues desde las instituciones y las administraciones publicas no se consiguen estos datos (o es muy difícil), lo que provoca que otras organizaciones (escasas) independientes al estado los contabilicen.
    Quedando así (de una forma mas fácilmente manipulable que si fueran recogidos por el estado) en manos de organizaciones diversas, la contabilización de un tema tan importante como negativo para la sociedad: Los suicidios.

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