Karl Marx apuntaba a las prácticas ejercidas por los
propios capitalistas como una de las causas de la “pauperización” de la clase
obrera, a la creación de un ejército sobrante de obreros que no quedaban
empleados y que posiblemente no lo estarían nunca.
Una de las razones era el dogma económico que
gobernaba en aquella época, según el cual, la acumulación de capital hacia
crecer los salarios, éstos proporcionaban mayor calidad de vida a los obreros
con lo que crecía la población obrera, dicha subida se sostiene hasta cierto
punto en el cual el mercado se satura, los salarios bajan, estos merman a la
población obrera en un momento en el que existen demasiados brazos para el
trabajo ofertado.
Son esos obreros forzados a “ociosidad”, al paro, los
que presionan a los que están trabajando, ocasión que los capitalistas no dejan
escapar. En ciclos de mayor subida, no siempre aumenta el número de obreros
empleados, se traslada mayor volumen de trabajo a los que ya se tienen contratados.
La presión de la que anteriormente se hablaba surge efecto sobre los empleados
que no quieren perder su empleo sabiendo que existen miles de brazos dispuestos
a realizar su labor por posiblemente menos salario.
Malthus hablaba del error que suponía para los obreros
aumentar su población pues, es necesario que pase una generación para reponer a
los obreros empleados, es decir, cada 16 o 18 años existe una “remesa” de
obreros. Marx veía estos argumentos como una falta de miras, ya que, Malthus
elevaba este problema a nivel de “problema mundial”.
En el presente, en la actual situación social,
política y económica nos damos cuenta de que las prácticas capitalistas no han
cambiado en demasía, ha cambiado posiblemente el concepto de obrero, pero, la
existencia de un capital humano variable sobrante es una triste realidad. Las
presiones de las que hablaba Marx siguen notándose y las reacciones de los
capitalistas ante estas siguen siendo parecidas. Una de las diferencias es, con
respecto a la teoría de Malthus que, con la especialización y los estudios
superiores en el ejercito de reserva entran nuevas “remesas” muy por encima de
la edad que este marcaba como mínimo de 16/18 años. En la actualidad nos
encontramos con el problema de personas con 30 años, un sin fin de estudios y
que nunca a tenido la posibilidad de trabajar. Sus brazos “excesivamente”
cualificados son sustituidos por el capitalista por otros con menor
cualificación pero más baratos de mantener.
Así, asoman una serie de preguntas al respecto: ¿Cuando
se alcanzará el “pleno empleo”?, ¿Es posible alcanzar el pleno empleo?, ¿Es
posible prevenir los ciclos de depresión capitalista?.
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